Navidad 2018
Se acerca la Navidad. Para muchos una época feliz que supone reencontrarse con los que más quieren. Para otros, una época llena de nostalgia por recordar a los que ya no están. Para los que viven la fe de Cristo, un momento de alegría por celebrar el nacimiento de Jesús.
Sea cual sea el sentimiento que nos invada estos días, no cabe duda de que es un momento del año en el que todos nos paramos a reflexionar y a pensar. A reflexionar sobre lo que ha sido el año, y a pensar en lo que queremos pedirle al siguiente. A reflexionar sobre lo que hemos hecho bien durante el año que nos deja, y a pensar sobre lo que podríamos hacer mejor en el año que entra.
Desde Banco Farmacéutico queremos compartir con vosotros nuestras reflexiones sobre el año que está a punto de acabar, y nuestros pensamientos sobre el nuevo año.
Del 2018 nos quedamos con el gran trabajo que entre todos hemos hecho para poder avanzar en nuestra lucha contra la pobreza farmacéutica, con la energía y la fuerza que le hemos puesto a todo para poder seguir dando pasos adelante, con la fe que nos mueve y que nos hace creer que, entre todos, podemos acabar con este problema.
Sin embargo, también nos quedamos con que todavía hay mucho camino por andar, con que nuestros pasos, aunque firmes, no son suficientes todavía, y con que desafortunadamente, aún hay demasiadas personas que, por falta de recursos económicos, se ven obligadas a elegir entre comer o medicarse.
Por ello, al 2019 le pedimos que nos dé más fuerzas para seguir luchando, que siga alimentando nuestra fe para seguir creyendo en nuestro proyecto, y que podamos seguir contando con el apoyo de todos los que hacéis que Banco Farmacéutico siga moviéndose en una clara dirección: acabar con la pobreza farmacéutica.
Porque no podemos olvidaros de lo más importante: no podemos olvidarnos de DAR LAS GRACIAS, de DAROS LAS GRACIAS. A todos los que habéis formado y formáis parte de nuestro proyecto, a todos vosotros que sois un pedacito de nosotros, a todos los que contribuís a que cada día podamos seguir avanzando y podamos cambiar y mejorar el curso de la historia.
Y como estamos en Navidad, y en Navidad está permitido soñar y creer más que nunca, nos hemos permitido soñar y creer que podemos alcanzar nuestra meta: que nadie tenga que elegir entre comer o medicarse.
Porque creer y tener fe, es el primer paso para que los sueños se cumplan.