Crónica del Presidente de Banco Farmacéutico sobre la Campaña de Medicamentos Solidarios 2019
El sábado 18 de mayo (el 24 de mayo en Aragón) tuvo lugar la 12ª Campaña de Medicamentos Solidarios. El objetivo de la Campaña era recaudar fondos para ayudar a personas que viven en nuestras ciudades y que no puede pagarse los medicamentos que necesitan. En la Campaña participaron 447 farmacias y más de 200 voluntarios. Los voluntarios que participaron en la Campaña animaron a los ciudadanos a que hicieran un donativo a través de las cintas solidarias, llegando a recaudar más de 42.000 euros.
Unas semanas previo a la Campaña, Banco Farmacéutico estuvo presente en un acto organizado por la asociación puntBCN con el título “Feliz tú, porque no pueden recompensarte”. Pudimos ver y escuchar testimonios como el padre Eduardo Drabble, quien convive con la precariedad de las personas más pobres de la ciudad de Buenos Aires, dedicando su vida a ayudar a personas a salir de la droga y de la exclusión social, o el padre Peio, de la Parroquia de Santa Anna de Barcelona, muy querido en Barcelona sobre todo por la apertura de su iglesia a los más necesitados, promoviendo el Hospital de Campaña. Con el lema “El corazón del hombre es un mar, todo el universo no lo colmaría”, el puntBCN ensanchó nuestro deseo en Banco Farmacéutico de generar iniciativas que promuevan la justicia, la belleza, la bondad y el amor.
¿De dónde nace nuestra entrega incondicional en Banco Farmacéutico hacia los demás? Un testimonio de esta entrega sin medida, es el de Sofía, una farmacéutica de Barcelona, que lleva participando todos los años en la Campaña y que implica siempre a toda su familia. Durante la mañana del sábado pasaron 5 de sus 6 hijas y los novios de dos de ellas. Fue un verdadero espectáculo ver la alegría y la gratuidad de esta farmacéutica, que reconociendo y haciendo memoria del amor inmenso recibido, aflora en ella un deseo de darlo todo para los demás, haciendo que sea cada año la farmacia que más donativos recauda.
También fue un espectáculo ver el testimonio de Astrid, una voluntaria exprostituta transexual con una historia durísima. Verla como hablaba a las personas sobre los enfermos crónicos y la necesidad que tenían de poder medicarse. Ella que muchas veces tiene muchas dificultades para poder tener lo básico para vivir. Astrid acompaña a otras ex-compañeras, enfermas de VIH con la medicación y ello le hace ser muy consciente de la propuesta y la necesidad de que exista una iniciativa como el Banco Farmacéutico.
El voluntario llena de asombro al ciudadano que entra en la farmacia, por el simple hecho de la sorpresa de ver un voluntario un sábado por la mañana en la farmacia. Esta experiencia de gratuidad, de entrega sin recompensa, introduce una novedad en un día normal de trabajo del farmacéutico o en la rutina del ciudadano que entra en la farmacia para comprar sus medicamentos. Un testimonio de esto, es el de María, una voluntaria con síndrome de Down, que estuvo 3 horas sin parar de invitar a las personas que entraban a la farmacia o que pasaban por la calle a participar en la Campaña. El mensaje que María transmitía era: “para los niños pobres, un día podrían ser sus hijos…”. Fue precioso ver a una persona discapacitada participando de este gesto de gratuidad, y sobre todo el abrazo final de 4 minutos que nos dio cuando nos despedimos.
La experiencia que hacemos en Banco Farmacéuticos nos invita a no quedarnos encerrados en nuestras zonas de confort y de bienestar, sino a salir, y a compartir lo que hemos encontrado con aquellos que no nos podrán recompensar por lo que hacemos. Un testimonio de esta experiencia es Sylvia, nuestra responsable de la Campaña en Madrid: “En mi trabajo no veo a los beneficiarios, pero sí me encuentro con personas que se ponen en contacto con nosotros para colaborar de forma continua durante el año. Algunos están desde hace años con nosotros y otros hacen un breve pasaje con nosotros y desaparecen muchas veces sin dejar rastro. Al principio esto me molestaba, pero ahora es para mí una manera de no dar nada por descontado y de implicarme en cada relación con alegría. Sin saber muy bien la motivación por ayudar que tienen los voluntarios, descubro que todos tienen el mismo deseo y el mismo corazón que yo. Cada año la Campaña es un momento que me permite profundizar mejor en las razones de por qué colaboro”.
La finalidad de este artículo no ha sido tanto la de comunicar los resultados de la Campaña sino compartir la experiencia que hacemos en Banco Farmacéutico ante el asombro y el imprevisto de las cosas que nos suceden. Entender qué es lo que ha llenado de alegría nuestro corazón durante la Campaña nos permite reconocer la novedad que está en juego y por la que vale la pena organizar cada año la Campaña.
El día de la Campaña sucedieron muchos hechos sorprendentes a través del encuentro con el otro. Pudimos percibir que a pesar de vivir en una sociedad individualista y de bienestar, el deseo de los hombres y mujeres de nuestro siglo ¡sigue despierto y atento a ayudar a los demás.
Yo personalmente he vivido esta Campaña con la ilusión de un niño, como si fuera la primera vez que participara. ¡Estuve en una farmacia de Sarriá como voluntario con unos farmacéuticos jóvenes que no daban crédito de ver la bondad de sus clientes, haciendo donativos con billetes! Este año está siendo un año muy especial para todo el equipo de Banco Farmacéutico con nuestras nuevas oficinas en el recinto modernista del Hospital de Sant Pau, donde el mismo día de la campaña algunas familias con nuestros hijos organizamos una colecta de donativos en la “Noche de los museos” donde miles de personas visitaron el recinto. Este año fuimos la cuarta ONG de voluntariado mejor valorada, lo cual refleja el deseo que tenemos en Banco Farmacéutico por cuidar la belleza de los gestos que organizamos como la Campaña y por favorecer la cultura del bien común en la que descubrimos nuestro deseo de bondad y gratuidad hacia los demás. Estos gestos son como pequeños manantiales en medio del mundo en donde experimentamos la alegría del encuentro con el otro, porque cuando compartimos las necesidades, compartimos el sentido de nuestra vida.